top of page
  • cpolmos2001

Cómo evitar las bajadas de tensión y los mareos después de entrenar



Hacer ejercicio con altas temperaturas no es muy recomendable, pues el calor promueve la hipotensión, lo que comúnmente conocemos como bajada de tensión.


Este hecho es más proclive a darse en verano, dado que con las altas temperaturas los vasos sanguíneos se dilatan y la sangre circula más lentamente, lo que deriva en mareos y sensación de debilidad.


De cara a los deportistas, la primera de las acciones para poder evitar esta hipotensión es buscar las horas más frescas del día para entrenar.


No obstante, dados los niveles de exigencia a los que nos enfrentamos entrenando, muchas veces con pulsaciones altas y una importante intensidad, también puede darse en otras épocas del año.


De ahí que en ocasiones, después de haber hecho ejercicio y descansado un rato, podamos encontrarnos flojos, sentir mareos o incluso llegar al desmayo en los casos más graves.

La hipotensión

La bajada de tensión (presión arterial baja) o, los mareos post entrenamiento, se englobarían dentro de los síntomas de lo que se conoce como síncope post-esfuerzo.

Algunos deportes como el ciclismo, la natación o el running, pueden causar bajadas de tensión que duren varias horas.

A medida que entrenas, la cantidad de vasos sanguíneos aumenta y también lo hace el volumen sistólico del corazón. Además, el cuerpo prioriza el flujo de sangre a la parte inferior de dos maneras: a) Restricción del flujo sanguíneo

Restringe el flujo sanguíneo a los músculos que no funcionan en la parte superior del cuerpo.

Además, la vasodilatación en los músculos activos ayuda a maximizar el flujo sanguíneo en la parte inferior del cuerpo. Esto provoca un aumento temporal del gasto cardíaco y la presión arterial.

b) Fase de descanso

Una vez terminado el entrenamiento o ejercicio, el cuerpo pasa a un estado de descanso y digestión.

La vasodilatación en las piernas continúa, mientras que el ritmo cardíaco disminuye.

Debido a su temperatura central elevada, el cuerpo trabaja para eliminar el calor enviando más sangre a la periferia. El volumen de plasma sanguíneo es ahora más bajo debido a la sudoración. Como resultado la presión arterial es más baja.

¿Por qué nos mareamos?

Los mareos los causa la disminución del flujo sanguíneo en el cerebro. La terminación nerviosa conocida como barroreceptor asegura que el cerebro tenga un flujo sanguíneo adecuado al aumentar la frecuencia cardíaca y la vasoconstricción.

¿Qué debemos hacer?

La hipotensión posterior al ejercicio puede durar varias horas, pero la buena noticia es que hay algunas cosas que puedes hacer.

Desde la nutrición hasta el conocimiento de su entorno, la seguridad es una preocupación principal. Es una buena idea consultar con el médico si se experimentan continuamente mareos o aturdimiento.

La primera solución es mantenerse hidratado, esto ayudará a combatir una caída en el volumen de plasma sanguíneo. Existen investigaciones que sugieren que la sal puede ayudar.

Otra cosa que se puede hacer es, tras levantarnos del sofá o silla, debemos tomarnos nuestro tiempo. También podemos ayudarnos de la maniobra de Valsalva: pellizca tu nariz, cierra la boca e intenta exhalar.

Consejos para evitar la bajada de tensión

Hay una serie de recomendaciones que deberías seguir si no quieres que te suceda esto.

No entrenes durante las horas de más calor

Como comentábamos al principio, una temperatura externa más agradable hará que la vasodilatación no sea tan pronunciada. Además, facilitaremos la velocidad de circulación de la sangre por nuestro cuerpo.

La hidratación es clave

Ya hemos dicho en muchas ocasiones lo importante que es la hidratación mientras entrenamos. No solo por cómo afecta a nuestro rendimiento, si no también por el hecho de que ayuda a mantener una temperatura adecuada.


Una mala hidratación promueve estos reflejos vasomotores que comentábamos con anterioridad y el síncope post-ejercicio.

Come más a menudo y menos cantidades

En el contexto de que los mareos se dan por la falta de sangre en el cerebro, tenemos que tratar de evitar acciones que supongan focalizar el flujo hacia otras partes del cuerpo.

Y la digestión es una de las que más sangre necesita. Así que en la medida de lo posible, incrementa el número de ingestas y minimiza su volumen, de tal manera que los requerimientos de sangre sean los menores posibles.

Dúchate con agua fría

En la línea de la hidratación que comentábamos hace unos párrafos, ducharnos con agua fría ayudará a una mejor termorregulación, facilitando el flujo sanguíneo.

Desde este punto de vista, olvídate de las saunas, los baños turcos o los spas, porque solo promoverán aún más los mareos.



Créditos:



Nota original: AQUÍ


4104 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page