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Especialización vs. Diversificación En Atletas Juveniles



En los últimos años se ha popularizado la participación en eventos deportivos por parte de niños y atletas juveniles. Se sabe que las actividades deportivas promueven cualidades como la autoestima, liderazgo y trabajo en equipo. Sin embargo, el nivel de competitividad en los deportes juveniles está al alza, con la aparición de competencias en edades más tempranas y el subsecuente entrenamiento específico para dichas competencias.

De aquí surge la pregunta, ¿será la especialización temprana la mejor estrategia para desarrollar atletas de élite?

Especialización temprana y diversificación

La especialización temprana puede ser definida como un "entrenamiento intensivo programado para un deporte específico, con la exclusión de otras actividades deportivas en una edad temprana" (Ferguson & Stern, 2014). Por otro lado, podemos definir a la diversificación como la "participación en diferentes deportes y actividades a través de la cual un atleta desarrolla diferentes habilidades físicas, sociales y psicológicas" (Wiersma, 2010). El propósito de la revisión de hoy es discutir las diferentes opiniones respecto a la validez de la especialización temprana y de su contraparte: la diversificación. 

Podemos pensar en la diversificación como la práctica de tantos deportes como sea posible, tan frecuente como sea posible. Este método expone al niño a una multitud de deportes con la meta de jugar y divertirse, en lugar de practicar y competir. El mejor indicador de que un niño está listo para aprender una nueva habilidad será su interés en la misma (Baker 2003). Como resultado se generará un entorno en el que se cultivará un amor genuino por un deporte, el cuál derivará en especialización en una edad más avanzada. Se cree que de esta manera las diferentes habilidades físicas y cognitivas necesarias para competir a niveles altos se desarrollarán más rápidamente. Se ha sugerido que de esta manera se estimula una transferencia de habilidades entre deportes, lo cual generará a un atleta mucho más completo que si se especializa en una sola disciplina desde una edad temprana.


Conclusión


La infancia y adolescencia son una oportunidad única en la vida para desarrollar habilidades motoras que incluyen pero no se limitan a coordinación, saltos, lanzamientos, balance, fuerza y velocidad. La diversificación deportiva puede estimular el cuerpo de un niño para que este se pueda adaptar y desarrollar las diferentes habilidades mencionadas y que pueden ser transferidas entre disciplinas deportivas. Una vez que las habilidades físicas, mentales y sociales estén desarrolladas podremos empezar a pensar en la especialización en un deporte único. Los padres y entrenadores deben tener esto en cuenta al momento de escoger el nivel de especialización y competitividad que se le transmitirá al niño o adolescente.


Mi recomendación es permitir a los niños y adolescentes que participen en el deporte que les apasione en cada momento de la vida, de esta manera será menos probable que se "quemen" o se lesionen y además tendrán una mayor oportunidad de llegar a convertirse en atletas de élite. 


Créditos:

Dr. Carlos Ramírez

Científico del Deporte


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